La Flor de la Vida no solo es un símbolo para contemplar, sino también una herramienta para la meditación y la espiritualidad. Al concentrarse en esta figura, se cree que las personas pueden conectarse con la esencia divina que reside en todas las cosas. La meditación con la Flor de la Vida puede llevar a la iluminación, la comprensión más profunda de uno mismo y la expansión de la conciencia espiritual.