Protección y Buena Fortuna: Los nudos celtas también se consideraban amuletos de protección y traían buena fortuna a quienes los llevaban. En la joyería, se convirtieron en talismanes apreciados, especialmente en tiempos de guerra o para marcar eventos importantes como bodas o nacimientos, ofreciendo protección espiritual y celebrando la continuidad de la vida.